La creatividad en los niños es infinita, y sabemos que nuestro sistema de enseñanza a veces escasea de tiempo para fomentarla. Muchos profesores intentan motivar a los alumnos con actividades más lúdicas, dentro del currículum que proporciona la ley educativa, ya que hay aspectos a desarrollar en la infancia que se quedan por el camino. Este problema viene de largo, por lo que muchos maestros y profesores abogan por la educación a la finlandesa, donde el sistema proporciona herramientas para que los niños construyan las clases.
Incluso en las universidades, se ha querido huir cada vez más de las clases magistrales, ya que no ayudan al pensamiento creativo ni crítico. Son muchos los estudios que determinan que, si un alumno no se implica y no va la practicidad de la teoría, relegará ese aprendizaje al último cajón de la memoria, o lo retendrá lo suficiente para escupirlo en el examen.
Se precisa de implicación para que un aprendizaje se convierta en conocimiento, y que podamos aplicarlo y demostrarlo, siempre que lo hayamos puesto en práctica. Este método es posible en laboratorios desde hace décadas, pero los formadores prefieren que se dé en todas las aulas, de una forma u otra, pudiendo ser todos los presentes partícipes de la adquisición de la materia a aprender.
Después de toda esta introducción para que entendáis por qué los niños aprenden jugando, os dejamos unas manualidades que podéis hacer con los peques en esta estación del año. Lo mejor siempre es utilizar materiales reciclados y reciclables, o mucho mejor materiales naturales biodegradables. En esta época del año sabéis que abundan las hojas que caen de los árboles, así como frutales de temporada o frutos secos, así que vamos a ver algunas creaciones perfectas para aprovecharlos, y además fáciles.
No os quejaréis de las ideas que os damos para hacer con los peques, ya que viene mal tiempo el fin de semana, nada mejor que un entretenimiento fácil y barato, que si unís a unas palomitas o castañas asadas, ya es el plan perfecto.
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